jueves, 28 de junio de 2012

222. IGLESIA Y SUPERMERCADO. SAN SEBASTIAN



Jesucristo, el hijo de Dios, no pudo con ellos y los echó del templo a latigazos, pero el arquitecto Moneo es dios y ha conseguido diseñar un templo con supermercado incluido.

El milagro, qué digo milagro, la superación de uno de los momentos más simbólicos de la historia de la humanidad, ha sucedido en un barrio de San Sebastián producto de la Burbuja Inmobiliaria (ese azote del Mercado) que nos ha dejado tan pasmados como la propia iglesia con supermercado.

El barrio en cuestión, a las afueras de Donosti (que puestos a hablar de cosas teológicas queda mejor que Sanse) se llama Riberas de Loiola y no es más que una calle llamada Avda de Barcelona que lo mismo podría ser de Albacete.


Para desfacer el pecado de parecernos a los de Albacete, el Obispo de Donosti pensó que..., como en Cartagena, como en Logroño, como en Los Angeles o en Sebastopol (¿no ha construído todavía nada en Sebastopol?), la solución pasaba por la Arquitectura, y que como la Arquitectura es MONEO, pues que hazme una iglesia a la entrada de la calle y Bendito sea el Altísimo. Y ahí que la puso, un poco torcida y con menos ventanas, para que no parezca un bloque más, pero jrande, vive dios, y que se vea. A falta de fotos aéreas así es como la ven los esquechapianos:


Claro que sin detalles desmerece mucho porque como ya hemos visto por la foto de presentación, la iglesia es Inmaculadamente Blanca y Pura


...tanto por fuera como por dentro...


Traje y sombrero inclusive. 


Pero no todo es tan blanco como parece, porque el asunto de la integración de los mercaderes no era fácil de resolver, y Monseñor Munilla, con cara de escepticismo, seguía preguntando al arquitecto cómo lo iba a conseguir.


- Mire Vd qué bonita  ha quedado la cruz, más blanca aún que la iglesia, más inmaterial que sus muros:


- ¿Y el retablo? ¿qué me dice del retablo Sr Obispo? Blanco también para no distraer a nadie con fruslerías:


- Sí sí muy bonito, todo muy bonito, decía el Obispo..., bueeeno, un poco protestante diría yo, pero si esa es la moda de la arquitectura de ahora, pues de acuerdo, ¿pero qué me dice del supermercado? ¿Dónde lo ponemos?


- Eso está chupao Monseñor. Acuérdese de la Virgen pisando la serpiente:


¿Que dónde lo vamos a poner? Pues en planta baja y con letras rojas del demonio:


Pero nada de carteles de oferta de bacalao a 6 € ni consiga un crucero para dos rascando y ganando con compras superiores a 50 € ¿eh?, no sea que se enfade Cristo y baje con el látigo. Todo muy discreto y comedido. Incluso de noche. Como la entrada a un puticlub más o menos, que no llame mucho la atención del Señor.


Bueno, pues si es así, que venga dios y lo vea.

Ale, hágame una foto y a por lo de Sebastopol, que ando muy liado y aún tengo que recoger el Principe de Asturias.



(Nota de la redacción: os Juro por Satanás que es Verdad, que las fotos las he conseguido en la red y no son fotomontajes. Yo tampoco me lo creía cuando lo vi, pero creed, creed...

 "...y dichoso el que lea y los que escuchen las palabras de esta profecía y guarden lo escrito en ella porque el Tiempo está cerca" (Apocalipsis 1,3)